En 1997, el entonces Gobernador de la Provincia de Neuquén Felipe Sapag nos envió un informe sobre su primer trimestre de gobierno y su plan de gestión para la provincia, con el objeto de que le remitiéramos nuestra opinión.
Los puntos más salientes de su propuesta eran los siguientes:
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La provincia debía fortalecer el sector agroindustrial del Alto Valle del Río Negro.
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La provincia debía desarrollar su incipiente turismo.
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Analizar si la provincia podía tener un horizonte productor de petróleo y gas, pues los estudios locales indicaban que tenían reservas sólo para los siguientes siete años.
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La provincia debía duplicar su población mediante inmigración de origen sirio, como había ocurrido a principios del siglo XX.
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La provincia debía generar nuevas alternativas de integración para los sectores marginados.
Una vez remitido nuestro informe, el Gobernador nos solicitó que trabajáramos en conjunto con el Consejo Para el Desarrollo de la Provincia de Neuquén en un Programa que permitiera establecer una hoja de ruta de desarrollo sustentable de corto, mediano y largo plazo para la provincia, en la cual no sólo se trabajara alrededor los cinco grandes ejes descritos, sino también en el desarrollo de un plan de desarrollo económico, social y ambiental integral para los habitantes de la provincia con un horizonte al año 2020.
Luego de tres años de trabajo con equipos multidisciplinarios de primer nivel, tanto nacionales como internacionales, la provincia se afianzó en torno a los siguientes pilares:
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Se alcanzaron niveles de excelencia en la producción agroindustrial del alto valle del Río Negro.
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Se impulsó el desarrollo del sector turístico, lo que incrementó el atractivo turístico de la región a nivel internacional.
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Se demostró un altísimo potencial no explorado de riquezas de gas y petróleo, que debían ser explotados en la etapa de transición energética hacia las energías limpias.
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Se planteó una nueva modalidad ambiental para el trabajo en la provincia, dándole una prioridad significativa a la sustentabilidad y a los impactos ambientales.
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Se previó el primer levantamiento piquetero de la historia del país y se ayudó a resolverlo satisfactoriamente para todas las partes.
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Se logró reiniciar un dialogo roto con los pueblos originarios, acercándolos más fraternalmente a la comunidad y estableciendo lazos de ida y vuelta entre los distintos grupos étnicos.
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Se fortaleció una de las mejores estructuras públicas de salud mental del país.
El Neuquén 2020 es un modelo de desarrollo que siguieron utilizando los distintos gobiernos hasta la actualidad.